Después de tres años dando la vuelta al mundo a bordo del barco laboratorio, Plastic Odyssey hará escala en Francia para una gran gira ciudadana. Objetivos: compartir los descubrimientos de tres años de exploración alrededor del mundo, documentar las iniciativas locales en cada ciudad de escala y seguir construyendo juntos un futuro sin plástico.
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El barco Plastic Odyssey abre sus puertas al público. Allí se pueden descubrir las máquinas de reciclaje, las innovaciones de baja tecnología y las soluciones implementadas por la tripulación para vivir sin plástico. En el muelle, el Village Zéro Plastique presenta soluciones sencillas y accesibles: objetos reutilizables, comercios a granel, sistemas de depósito… Es un espacio para aprender, intercambiar ideas y salir con ideas concretas para poner en práctica.
El Fresco de Soluciones invita a grandes y pequeños a reflexionar colectivamente. Al manipular tarjetas y ejemplos reales, se comprende dónde se origina la contaminación plástica y cómo actuar en cada etapa. Es un momento de intercambio, creatividad y reflexión conjunta.
La exposición sumerge al visitante en la vida de la expedición. Allí se exploran los mapas de las zonas más afectadas por el plástico, se descubren los objetos traídos de las escalas y se escuchan los relatos de la tripulación. Vemos cómo se vive a bordo con poco, cómo se repara, se clasifica, se recicla y cómo cada escala permite descubrir nuevas soluciones locales. Es una exposición viva y accesible, que muestra cómo actuar a su escala inspirándose en lo que ocurre a bordo.
Cada escala rinde homenaje a las asociaciones, los empresarios y las colectividades locales comprometidas. Sus stands cuentan historias sobre el terreno: empresas de reutilización, inventores de alternativas, proyectos educativos o de limpieza. Estos encuentros alimentan el deseo de actuar, al demostrar que la transición ya está en marcha, en todas partes.
Al atardecer, llega el momento de las veladas: proyecciones de películas, debates, testimonios de exploradores, científicos o ciudadanos. Estos momentos sencillos y agradables permiten conectar con los demás, compartir lo que funciona y volver a casa con energías renovadas.
Correr, caminar, remar o bucear: las limpiezas deportivas permiten combinar lo útil con el esfuerzo. Estas actividades colectivas están abiertas a todos, tanto a deportistas ocasionales como a curiosos del litoral. El objetivo: movilizarse juntos y comprobar sobre el terreno el impacto positivo de un gesto sencillo.
Convertirse en «Guardián de la costa» significa participar en la implementación de las soluciones descubiertas. Una donación puede financiar un taller educativo, una operación de extracción de residuos o una formación sobre el residuo cero. Cada contribución, por modesta que sea, hace avanzar la misión y deja una huella duradera en el diario colectivo.
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