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Plastic Odyssey estudia y documenta iniciativas que han conseguido reducir el uso de plástico, y comparte estos datos con cualquiera que quiera aprender de ellas y reproducirlas en todo el mundo.
Los científicos son unánimes y las cifras aterradoras: nuestro consumo actual de plástico es insostenible y no durará para siempre. Así que necesitamos un Plan B. Pero, ¿cómo cambiamos y por dónde empezamos?
Plastic Odyssey va al encuentro de las personas que están escribiendo este Plan B, ya sea por convicción, por oportunidad o por obligación: una escuela que ha conseguido prescindir del plástico en su comedor, un pequeño pueblo que ha erradicado las bolsas de plástico formando a las mujeres en la fabricación de bolsas de lona, una isla que está formando a sus jóvenes en la fabricación de aparejos de pesca con hojas de palmera para erradicar las redes de pesca de plástico… Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator
Cada uno de los casos identificados se documenta y se pone a libre disposición, con el fin de inspirar a otros agentes en otros ámbitos.
Voces infantiles
Sugerencias y dibujos de niños para ayudarnos a romper nuestra adicción al plástico.
Testimonios
Entrevistas con los protagonistas del cambio.
Casos prácticos
Una biblioteca de libre acceso con casos documentados.
En preparación
Altavoces
Crea obras de arte a partir de residuos plásticos
Convierte los residuos plásticos en adoquines
Sustituye los cubiertos de plástico por objetos naturales
Filma a las personas que hacen que las cosas sucedan
Según el último informe de la OCDE Perspectivas Mundiales del Plástico1, para 2060 se espera que las sociedades humanas produzcan y utilicen tres veces más plástico que en 2019. Por tanto, consumiremos más de 1.200 millones de toneladas de plástico al año. Para una población de 10.000 millones de habitantes, esto equivale a 65 nuevas bolsas de plástico por persona y día.
Sin embargo, otra vía es posible: la de la renuncia, es decir, el abandono gradual, organizado, circunscrito y democrático de la plástica. En otras palabras, en lugar de preguntarnos cómo vivir con ella, reorientemos nuestros esfuerzos financieros y científicos hacia la imaginación de cómo vivir sin ella.
Juntos, diseñadores, ingenieros, científicos sociales, ciudadanos, políticos e industriales, hemos decidido cambiar radicalmente nuestra estrategia para construir una sociedad post-plástica.
