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Ecuador: las setas como alternativa ecológica al poliestireno

En Ecuador, el equipo de Plastic Odyssey conoció a César, un empresario apasionado por las setas. Gracias al reishi, no sólo ha desarrollado una gama de productos para la salud y el bienestar, sino que, sobre todo, ha encontrado la forma de reutilizar el compost del hongo para fabricar bloques y recipientes ecológicos. Gracias a este hongo, único en el mundo, César puede imaginar un futuro sin poliestireno.

La empresa familiar BioFabrik

El padre de César dirigía una empresa de producción de plásticos. Tras su muerte, César, su madre y su hermana decidieron embarcarse en un nuevo proyecto más respetuoso con el medio ambiente: cultivar setas para elaborar productos naturales y sostenibles.

«Es un poco el movimiento del péndulo. Después de producir plástico durante muchos años, ¡estamos tomando el relevo para cuidar nuestro planeta!». Nos lo cuenta la madre de César, que también dirige el negocio familiar.

Sus productos estrella por el momento son productos naturales a base de reishi, como jabones, aceites esenciales y otros productos corporales. Para desarrollar este hongo, hay que cultivarlo en condiciones muy específicas de humedad, temperatura y luz. Así que César instaló una sala para cultivar sus setas en este entorno tan especial.

Una vez que las setas han alcanzado la madurez, se recolectan para elaborar productos de bienestar. Pero, ¿qué hacer con el sustrato, el compost de setas, una vez terminada la recolección? Deseoso de reducir al mínimo los residuos generados por su empresa, César ha ideado una forma de reutilizarlos.

Del micelio a los productos acabados

Las bolsas de sustrato contienen micelio de reishi, la raíz y la parte vegetativa del hongo, así como residuos de madera industrial. Esta mezcla tiene la particularidad de solidificarse al secarse y resistir al fuego. A César se le ocurrió dar forma a este material en productos útiles. En forma de ladrillo, constituye un excelente aislante para la construcción, y en forma de esquina, ofrece una alternativa ecológica a los envases de poliestireno.

Hoy en día, la producción de este prometedor material ha superado la fase de prototipo y ya está demostrando su valía. César tiene previsto desarrollar esta actividad por derecho propio, junto con la comercialización de productos de bienestar a base de reishi.

De momento, César sólo utiliza estas piezas para sus propios productos, pero quiere ampliar su concepto para venderlo a grandes industrias. Los ladrillos de champiñón y los envases producidos por BioFabrik son la prueba viviente de que existe una alternativa ecológica y sostenible al plástico.

«Creo que hay otra forma de producir y consumir, y por eso las setas son una alternativa fantástica para cambiar el mundo del plástico de un solo uso». Según César Silva, fundador de BioFabrik.

En 2022, Biofabrik produjo más de 1.200 envases (cajas, cuñas, tapas) hechos con micelio de champiñón.

Para saber más sobre Biofabrik, visita su página de Instagram.



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