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Ecuador: una segunda vida para las redes de pesca

El flagelo de las redes de pesca abandonadas en las aguas constituye una de las formas más devastadoras de contaminación plástica de los océanos en todo el mundo. Cada año, millones de toneladas de redes se pierden o se liberan en el mar, lo que contribuye de manera alarmante al deterioro del ecosistema marino.

Sin embargo, un rayo de esperanza está surgiendo de la ciudad costera de Manta, Ecuador, donde la empresa Bureo ha encontrado una solución que está ayudando a reducir este desastre global.

Bureo, una de las empresas de reciclaje de redes de pesca más grandes del mundo, se compromete a resolver este problema trabajando con más de 30 comunidades locales y pesquerías en toda América del Sur. En su fábrica situada muy cerca de la costa ecuatoriana recogen cantidades astronómicas de redes usadas que son sometidas a un proceso de limpieza, clasificación y posterior secado.

Estas redes se envían posteriormente a Asia, donde se transforman en pellets, un plástico reciclado que se utiliza en diversas aplicaciones. Este es el caso de la marca mundialmente reconocida Patagonia, que colabora con Bureo para ayudar a reducir la contaminación plástica en los océanos. Gracias a su programa NetPlus, la joven empresa recicla cada año más de 1.500 toneladas de redes de pesca, dándoles una segunda vida en lugar de contaminar el planeta.

El proyecto fue iniciado por tres amigos apasionados por el medio marino: David, experto financiero, Kevin, especialista en diseño técnico, y Ben, consultor de desarrollo sostenible. Al pasar su tiempo libre junto al océano, pudieron ver cómo se ve afectado por la contaminación plástica. En ese momento, Ben trabajaba como consultor de sostenibilidad y realizaba un estudio sobre el sector de la pesca salvaje en Chile.

Quedó impactado por la magnitud y el daño que las redes de pesca abandonadas estaban causando al medio ambiente. Entonces decidió ir a explicar el problema a los pescadores quienes, para su gran sorpresa, estuvieron de acuerdo con él. El problema mencionado era la falta de infraestructura adecuada para deshacerse de las redes que llegaban al final de su vida útil. Fue entonces cuando el equipo de jóvenes emprendedores decidió combinar sus habilidades únicas con su pasión para convertir este problema en una oportunidad.

Jorge Andrés Moreira García, responsable de la recogida de redes de pesca abandonadas en todo el país

En 2023, el equipo de BUREO logró procesar 116.343 kg redes de pesca abandonadas.

La historia de Bureo no se limita a su impacto ambiental positivo. Los fundadores, cuando se les pregunta sobre el significado de su profesión, destacan su carácter enriquecedor:

«Es un privilegio descontaminar los océanos y colaborar con comunidades pesqueras que también quieren cambiar el curso de los acontecimientos. Viajar, conocer a pescadores artesanales e industriales, cooperar con ellos, todo esto me nutre y motiva mucho», explica uno de los tres amigos. Además, siempre hay tiempo libre para una sesión de surf. Este trabajo me permite mantener mi conexión con el océano».

Bureo ilustra así cómo la pasión y el compromiso con el medio ambiente pueden transformarse en un negocio próspero e inspirador. Su historia demuestra que, cuando se enfrentan desafíos ambientales, pueden surgir soluciones innovadoras, creando un impacto positivo no solo en el planeta, sino también en las vidas de las personas involucradas.



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